¿Cómo enseñar lectoescritura en inicial paso a paso?
¿Estás estudiando educación inicial? ¡Durante tu formación no solo puedes, sino que debes aprender estrategias didácticas para la lectoescritura! Y es que, contrariamente a lo que muchos creen, estas habilidades no se desarrollan únicamente en la educación primaria.
Desde el nivel inicial, los niños comienzan a construir las bases del lenguaje escrito: exploran sonidos, reconocen letras, descubren el ritmo de las palabras y se familiarizan con los textos a través de diferentes didácticas y actividades.
Por eso, es fundamental que quienes acompañan este proceso —como tú— cuenten con herramientas pedagógicas sólidas, sensibles y creativas.
Estrategias didácticas para lectoescritura que debes conocer
Como estudiante de educación inicial, tu aprendizaje no concluye cuando egresas; sino que siempre debes estar en constante actualización para ofrecer lo mejor a tus estudiantes. Este aprendizaje también puede dar en paralelo con tu formación actual.
Queremos ayudarte a enseñar la lectoescritura a tus estudiantes. Si estás en sexto ciclo, es probable que hayas iniciado tus prácticas (o tu trabajo como auxiliar de educación inicial) por lo que estas estrategias te ayudarán:
1. Crea espacios para explorar el lenguaje desde el juego
Antes de que los niños lean letras, deben reconocer sonidos. Esto se logra con juegos como rimas, canciones y trabalenguas que los ayudan a distinguir sílabas, identificar sonidos repetidos y mejorar su pronunciación.
Usa materiales sencillos: canciones repetitivas, cuentos breves con imágenes o rondas que puedan cantar en grupo. Así desarrollan su oído y se familiarizan con el ritmo del lenguaje. Estas actividades deben ser cortas, divertidas y constantes. Inclúyelas en tu planificación diaria: en una entrada a clase, después del recreo o como cierre de jornada. Jugar con el lenguaje también es leer.
2. Acompaña la conciencia fonológica con actividades corporales
La conciencia fonológica no se enseña con teoría: se construye con el cuerpo. Por ejemplo, pedir a los niños que den una palmada por cada sílaba de su nombre o que salten cuando escuchen una palabra que rime. Estas dinámicas ayudan a segmentar sonidos de forma concreta y divertida. Comienza con sílabas (más fáciles) y luego con sonidos iniciales o finales.

3. Usa imágenes, cuentos y pictogramas para unir lo oral con lo visual
Los niños pequeños aprenden mejor cuando ven lo que escuchan. Leer cuentos con ilustraciones grandes, usar tarjetas con imágenes y palabras, o crear historias con pictogramas les permite asociar sonido, imagen y significado. Esta combinación fortalece la comprensión y motiva a participar.
Puedes mostrar una secuencia de dibujos y pedir que inventen una historia, o leer en voz alta señalando cada palabra mientras la pronuncias.
4. Respeta los tiempos de cada niño y ayúdalos según su necesidad
No todos aprenden al mismo ritmo. Algunos reconocen sonidos rápido; otros necesitan más apoyo. Observa qué puede hacer cada niño por sí mismo y en qué necesita ayuda. Si no logra una palabra, no se la digas de inmediato: dale pistas, haz preguntas o usa gestos que lo orienten. Este tipo de acompañamiento, sin presión, refuerza su seguridad.
5. Aplica lo que aprendes en clase con actividades sencillas
Las teorías que ves en tus cursos (Piaget, Vygotsky, Ausubel, Montessori) no están hechas para quedarse en los libros. Cada una te da pistas para entender cómo aprenden los niños y qué actividades puedes usar.
Por ejemplo, si trabajas una canción, estás estimulando memoria y lenguaje; si usas material manipulativo, estás desarrollando lo sensorial. Lo importante es no hacer por hacer, sino tener claro el propósito de cada actividad. Empieza con lo que ya conoces y ve probando en aula. Lo que aprendes en clase cobra sentido cuando lo pones en práctica.